El día 8 de marzo, celebramos el Día Internacional de las Mujeres. Como el año pasado, el movimiento feminista ha planteado una huelga en cuatro ámbitos: laboral, estudiantil, cuidados y consumo. Esta vez, la Comisión 8M, que coordina la iniciativa, ha profundizado en algunos aspectos del argumentario para incluir una mayor diversidad de mujeres. El Partido Humanista apoya esta iniciativa que busca dar visibilidad al aporte de las mujeres y hacer un llamado a la lucha contra la discriminación y la violencia que hoy se sigue ejerciendo contra las mujeres en distintos ámbitos.

En este contexto de celebración, el Partido Humanista quiere agradecer el aporte que han hecho y hacen las mujeres a favor del avance social y conjunto. Las mujeres han motorizado y hoy también impulsan muchos de los grandes cambios sociales y es innegable su contribución al arte, la ciencia, la cultura, la política, la educación o la medicina, aportes que generalmente se obvian y se esconden tras el velo de la negación y la censura. Esta invisibilidad y las distintas formas de discriminación a las que se enfrentan las mujeres se enraízan en una construcción social histórica que está derrumbándose.

Desde la óptica del sistema en el que hoy vivimos, jamás encontraremos una solución. Este sistema necesita usar la violencia, la desigualdad y la discriminación –fundamentalmente hacia mujeres, jóvenes e inmigrantes- para perpetuarse. De hecho, estamos viviendo un momento histórico en el que parecen imponerse la violencia, la amenaza, la arbitrariedad y la sinrazón, como si fueran las mimbres estables de un nuevo periodo. El sistema necesita llamar al individualismo atroz en las poblaciones porque el caldo de cultivo del “sálvese quien pueda” y del “yo primero” es óptimo para la extensión de la barbarie.

Este momento exige un cambio de actitud y de estilo de vida en la sociedad, en la cultura, en la educación y en las relaciones interpersonales, para converger en la diversidad y construir una sociedad que ubique al ser humano como el valor central y que propicie la igualdad de derechos y de oportunidades.

Esto no es algo que puedan hacer solas las mujeres, es una lucha de mujeres y hombres complementándose y aportando sus mejores cualidades en una dirección humanista. No es cosa de bandos, ni de simples mejoras dentro del actual sistema, se trata de un cambio profundo y revolucionario.

Nada por encima del ser humano y ningún ser humano por debajo de otro.

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