Después de obtener más de 8000 avales de amigos y simpatizantes, a los que públicamente queremos agradecer su apoyo, el Partido Humanista ha conseguido que sus candidaturas sean aceptadas en tres circunscripciones electorales, Madrid, Asturias y Las Palmas de Gran Canaria.

Pero no es que no haya humanistas en otras regiones y provincias. Es que la Ley Electoral está consiguiendo su objetivo de impedir que las opciones que cuentan con menos recursos económicos o menos desarrollo consigan presentarse a las elecciones generales.

En cada elección cientos de candidaturas legítimas ven truncadas sus aspiraciones de presentar sus alternativas y sus candidatos a la población. Cuantas menos opciones electorales haya, mejor para los grandes partidos, esos mismos que han quedado desacreditados y que no representan a la mayoría de la población.

En esta campaña electoral, los humanistas plantearemos el tema de la violencia y de la no violencia como eje central de la campaña.

La violencia ha arraigado profundamente en todos los campos de la actividad humana. La practican los que especulan con nuestras necesidades básicas, con la salud, la educación o la vivienda, los que niegan los derechos a la libertad de expresión o de manifestación, los que “reforman” el mercado laboral y convierten a los trabajadores en carne de cañón para ser usada y despedida según las apetencias del capital, los que invaden territorios y bombardean poblaciones para controlar y apropiarse de recursos naturales, los que niegan el paso a los que huyen de la guerra y les devuelven al medio que otros han destruido.

La violencia es la negación de la humanidad del otro, su “cosificación” y va unida la discriminación. Este código se transmite y reproduce socialmente a través de la educación y de los medios de comunicación y se experimenta en las relaciones personales como desconfianza, temor, incomunicación y falta de futuro.

Los humanistas planteamos la prioridad de asumir la no violencia activa como metodología para transformar esta situación de deshumanización creciente. Si vivimos en un sistema cuya metodología es la violencia y el valor central la acumulación de poder y dinero, la propuesta humanista se basa en construir otro sistema, poniendo al ser humano como valor central

En las circunstancias actuales, eliminar o disminuir la violencia significa priorizar una salud y una educación públicas y universales frente a la desigualdad actual; devolver al todo social el poder de decisión que le ha sido negado, hasta construir una democracia real basada en las unidades vecinales; equilibrar la relación entre capital y trabajo mediante la participación de los trabajadores en las decisiones importantes de la empresa y la creación de bancos públicos sin intereses que eliminen la especulación y la usura del capital financiero que se adueña de personas, empresas y países, y detener al complejo militar industrial que se lucra con el negocio de la guerra y desmantelar los arsenales nucleares.

La no violencia es igualdad de derechos y oportunidades para todos los seres humanos. La no violencia es reparto de la riqueza. La no violencia es respeto a la diversidad: libertad de ideas y creencias. La no violencia es tratar a los demás como quieres que te traten. Pero asumir la no violencia activa es ante todo una elección personal

¡Elige la no violencia!

¡No violencia, el camino hacia la libertad!

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