El Partido Humanista suscribe el documento “Para un consenso clínico sobre el TDAH” que profesionales de la salud, la educación y los servicios sociales han presentado pidiendo la retirada del Protocolo para el TDAH aprobado por el Departament de Salut de la Generalitat  de Catalunya.

Coincidimos los más de 2000 profesionales y 115 instituciones que lo han suscrito en que el protocolo mencionado significa, como mínimo:

  • Un  paso  más  en  la política  de  patologizar  y  medicalizar  la vida  en general y la infancia y adolescencia en particular.
  • Un  menosprecio  a  las  diferentes  teorías  y  prácticas existentes en la clínica de las sintomatologías psíquicas y, en consecuencia,
  • Un atentado contra la libertad de elección de los pacientes.

Los humanistas hemos denunciado en repetidas ocasiones la situación de indefensión de niños y adolescentes en relación con la expansión en progresión geométrica del llamado TDAH (Trastorno de Déficit de Atención y/o Hiperactividad) y del incremento del consumo de psicofármacos en menores y adolescentes que lleva asociado.

Lo más grave

La utilización del metilfenidato, una sustancia clasificada como droga peligrosa, de manera sistemática y prioritaria en el tratamiento de miles de menores diagnosticados con el TDAH, ha sido denunciada por diversos colectivos médicos de la sanidad pública española en informes y manifiestos. El tratamiento con metilfenidato tiene peligrosos efectos secundarios documentados en varios estudios. Igualmente se ha denunciado repetidamente el sobrediagnóstico de un elevadísimo porcentaje de los casos de TDAH mencionados.

El marketing de los laboratorios

Detrás de este incremento de diagnósticos existe una campaña de marketing de los laboratorios farmacéuticos, que aspiran a tratar a un 10 por ciento de la población infantil de este trastorno. La Guía Clínica del TDAH, que recomienda activamente el tratamiento del TDAH con metilfenidato, ha sido denunciada por la Federación de Asociaciones de Defensa de la Sanidad Pública por haber sido elaborada por médicos que en su mayoría (85%) han declarado conflictos de intereses con la industria farmacéutica que fabrica este producto.

El Plan PANDAH, financiado por un laboratorio que fabrica y comercializa los medicamentos para el TDAH, intenta que sean los propios profesores y padres quienes pre-­diagnostiquen a los menores. Es en los colegios donde este plan se propone “detectar” a los menores que supuestamente sufren este trastorno, y así lo estamos comprobando día a día en miles de casos. Partidos políticos y responsables sanitarios son cómplices de esta atrocidad.

Los menores y el contexto social

Por otro lado, no hay duda de que los menores están sufriendo las consecuencias de una enorme crisis social, económica y de valores. No hay que negar que hay problemas en la formación de los niños. Pero si los menores reflejan en sus comportamientos un entorno social conflictivo no se deben tapar los síntomas utilizando drogas, al contrario, se deben atender para ayudar a un desarrollo equilibrado.

Ataque a las nuevas generaciones

Es urgente que las madres y padres conozcan toda la información, abrir un debate sobre este “trastorno”, su tratamiento y los intereses que hay en juego. Los derechos de los menores deben ser salvaguardados frente a este atentado contra su salud presente y futura, que constituye, desde nuestro punto de vista, un ataque a las nuevas generaciones. Como en otros momentos históricos en que se han usado otras drogas para aniquilar a los jóvenes.

En la base de esta tendencia de medicalizarlo está la violencia de este sistema, tratando de robar la intencionalidad humana. Se trata de una visión zoológica de la vida humana, que intenta mantenernos encorsetados y sin capacidad de transformación. Pero no podrán coartar la libertad con las pastillas, la intención humana siempre se abre paso.

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