La lesividad de los patriarcados y la opresión de género
El 6 de febrero se conmemora el Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación del Genital Femenino, práctica que consiste en aquellos procedimientos que tienen por finalidad “alterar o dañar los órganos genitales femeninos por razones que nada tienen que ver con decisiones médicas”, que es ejecutada en contra de niñas durante su infancia y adolescencia.
Si bien se realiza principalmente en 29 países de África y de Oriente Medio, también se lleva a cabo en algunos países de Asia y América Latina, igualmente en poblaciones emigrantes situadas en distintos lugares del mundo. La ablación es considerada un problema a nivel mundial, dado que es reconocido internacionalmente como una grave violación de los derechos humanos, la salud y la integridad de las mujeres y las niñas.
La ablación no solo no aporta ningún beneficio para la salud de las mujeres ni de las niñas, sino que genera graves secuelas en la salud física, sexual y psicológica de las afectadas. Esta violenta tradición patriarcal y machista, restringe y vulnera gravemente su desarrollo integral, por lo que claramente es una práctica antihumanista, dado el trato abusivo, cruel, inhumano y degradante.
Como consecuencia de esta costumbre, al menos 200 millones de niñas y mujeres, que tienen entre los 15 y 49 años, han sido sometidas a la ablación. “En la actualidad, cada año se le mutilan los genitales a 3 millones de niñas”. Producto de la pandemia de COVID-19, durante el 2020 se interrumpieron los programas de prevención de la ablación, lo que podría derivar a que durante el próximo decenio, se mutile el genital femenino a 2 millones de personas, que se podrían haber evitado.
A pesar de ser una práctica tradicional que se lleva a cabo desde hace más de mil años, la Organización de Naciones Unidas, ha determinado que hay motivos para concluir que se puede acabar con la ablación en una sola generación.
Las y los humanistas del mundo, estamos comprometides con eliminar todos los tipos de violencia, por ello el Partido Humanista Internacional se suma a la lucha por la erradicación de la Mutilación del Genital Femenino, y para avanzar en su eliminación es necesario hacer esfuerzos coordinados y sistemáticos que concienticen sobre los derechos humanos, la igualdad, la educación sexual y la atención a las víctimas de la ablación.
Las y los humanistas creemos que bajo ninguna circunstancia la diferencia sexual debe implicar jerarquía y control de los varones respecto a las mujeres y subsidiariedad y sometimiento de éstas respecto a aquellos. Nada por encima del ser humano y ningún ser humano por encima de otro.
La historia nos ha demostrado que el patriarcado, utiliza diferentes herramientas para perpetuarse en el tiempo, y el uso de la tradición es una de ellas, lo cual ha asentado la violencia de género en la estructura de nuestra sociedad, logrando que sea parte de la cotidianidad de nuestras vidas.
La violencia de género sigue siendo la violación de los derechos humanos más extendida en el mundo y seguirá siendo así mientras la violencia contra las mujeres se perciba como una tradición o costumbre que se normaliza y naturaliza.
Luchar contra la ablación es luchar contra las desigualdades de género que la retroalimentan, como los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, la brecha de género existente o las limitaciones que encuentran en el acceso a la salud, a la propiedad o a la educación, la creciente feminización de la pobreza o la diversificación de las formas de explotación o apropiación del cuerpo y la vida de las mujeres.
Para avanzar en la erradicación de la violencia en contra de las mujeres, es necesario impugnar cualquier tradición o costumbre lesiva hacia las mujeres, sea cual fuere la cultura en cuestión. Un proceso crítico-reflexivo que elimine cualquier justificación a la violencia de género y todas las marcas, ritos y mitos que la sustentan.
Febrero 6, 2021
Secretaría de Feminismo
Equipo de Coordinación Internacional
Federación de Partidos Humanistas
Etiquetas: