Merielle Franco ha sido asesinada en medio de la vía pública, en su ciudad, en el transcurso de sus actividades a favor de los derechos de los habitantes de las favelas, de las mujeres y de las personas afrodescendientes, en suma, de las grandes mayorías de Brasil.

Merielle estaba fuertemente posicionada contra la intervención militar en las favelas de Rio. Ella misma era mujer, negra, nacida y crecida en una favela, y representaba a cientos de miles de personas que la votaron, situándola en un espacio donde su mensaje podía ser amplificado y escuchado. Una voz potente en contra de la discriminación, a favor de la igualdad de oportunidades, de la libertad de elección, y en suma de la humanización de su ciudad y su país. Eliminando a Merielle, los autores de su ejecución, quieren acallar las voces de millones de personas representadas por ella, que reclaman justamente en contra de la violencia que sufren.

Los humanistas nos solidarizamos con Marielle y con el pueblo de Río de Janeiro que ha sufrido este cruel ataque a sus justas aspiraciones. Reclamamos al Gobierno de Brasil que se esclarezca la responsabilidad del asesinato y que no quede impune. A pesar de las torvas intenciones de sus ejecutores, la vida de Merielle no ha terminado, la cadena de consecuencias desencadenada por sus acciones no se detendrá jamás.

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