Europa es una región formada por pueblos muy diversos y es precisamente esa síntesis  de diversas culturas e influencias lo que ha hecho que en esta región se produjeran avances que luego influyeron en todo el mundo.  En las últimas décadas, Europa, de nuevo, ha tenido un gran aporte humano de personas formadas en otras regiones y culturas.

En la sociedad actual la convivencia entre diferentes culturas es mas estrecha que nunca y la interdependencia alcanza a todo el planeta. Se trata de un proceso de mundialización donde todas las culturas se acercan y se influyen mutuamente, como nunca antes había sucedido.

Sin embargo en este momento Europa interpone muros, policías, leyes, y hasta cuchillas para impedir la circulación de personas. Pretenden convertir a Europa en una fortaleza insensible a lo que suceda fuera de sus fronteras. Pero mientras se limita la libertad de movimientos de la gente, el capital tiene visado para moverse con libertad. Y es ese mismo capital el que explota a los países de origen de los migrantes, el que ha provocado su empobrecimiento hasta obligarles a buscar una salida fuera de su país. Por cierto que también es el mismo que ha endeudado a las poblaciones europeas y les exige enormes sacrificios.

Hoy en Europa aumenta la persecución racista y las deportaciones, y proliferan los centros de internamiento de inmigrantes, donde personas que no han cometido ningún delito se someten a un régimen carcelario sin tener ninguna de las garantías de las cárceles.
Estos conflictos surgen en gran parte como consecuencia de la “globalización”, modelo que se ha impuesto con violencia a nivel planetario, concentrando el poder económico, político y militar en manos de unos pocos, ese modelo está en la Unión Europea. Mediante su mito “la felicidad a través del dinero”, impone también una cultura basada en valores materiales, de competitividad e individualismo.
Este sistema autoritario, cada vez más neo-fascista, desarrolla su particular política expansionista a través de intervencionismos directos o indirectos mediante regímenes políticos corruptos y violentos, produciendo el endeudamiento y empobrecimiento de grandes regiones.
A través de los medios de comunicación controla la conciencia y la subjetividad de la personas con informaciones manipuladas y con un modelo de vida que pretende homogeneizar y uniformarlo todo.

Las perspectivas para los inmigrantes que no han podido ejercer la regularización es terrible: aumento de la marginalidad, aumento de la explotación en trabajos, si cabe, más precarios, mayor inseguridad ciudadana, y una larga cadena de discriminación, temor y violencia ante la situación a la que son empujados.

Los medios de comunicación y los gobiernos europeos nos presentan la inmigración como un fenómeno en donde las mafias hacen su “agosto”, pretendiendo desviar el problema de fondo para llevarlo a un problema de orden jurídico y de orden público. La manipulación informativa es muy grande, pero cada vez sugestiona a menos gente.

La inmigración es un problema de desigualdad económica y social entre países desarrollados y países no desarrollados. La gente emigra porque en sus países de origen no pueden vivir y no hay barreras, ni medidas policiales capaces de frenar esas mareas humanas cuando se ponen en marcha. Y si no se acepta ese hecho, cualquier política que se haga en este campo estará abocada al fracaso.

La historia del ser humano desde sus orígenes se ha basado en las migraciones. Las tribus emigraban a los lugares donde había comida y se iban cuando se acababa, emigraban a aquellos lugares donde las condiciones de vida eran válidas para su desarrollo y dejaban los lugares yermos. Y así se fue poblando la tierra, y las distintas razas se fueron mezclando y dando paso al hombre contemporáneo. Pero además el dominio de la naturaleza se fue perfeccionando y a ese desarrollo científico y tecnológico colaboraron las diferentes culturas y civilizaciones.

No podrá decirse hoy, sin tergiversar la historia, que el desarrollo tecnológico y social es un “invento” de occidente. Hoy somos herederos del conocimiento y experiencia de las distintas culturas, tanto a nivel social, como científico y culturalmente.
Si hoy se es capaz de convertir desiertos en vergeles, si hoy hay erradicadas enfermedades en amplias regiones del mundo, si hoy se pueden resolver los problemas de hambre en el mundo, ¿Cómo no ser recíprocos con quien tiene hoy necesidades imperiosas?
Pero aunque está muy clara la justificación moral de la cooperación al desarrollo con los países de origen de las migraciones, no está tan clara la aplicación. Y no se trata de “caridad” sino de un intercambio económico equitativo donde ellos aporten sus materias primas y los países desarrollados los medios y la tecnología. No hay salida al fenómeno migratorio si no se asume el tema de la ayuda a la creación de riqueza y condiciones de vida dignas en estos países.

Mientras tanto, las poblaciones de los “países desarrollados” cada vez están más presionadas. Habrá pues que esclarecer a las poblaciones para que entiendan que el paro o los contratos basura; la carestía de la vivienda, el deterioro progresivo de la salud y la educación pública, etc. no son culpa del inmigrante sino de este sistema inhumano basado sólo en lograr dinero a cualquier costo. La propuesta humanista, por tanto, será la de trabajar todos juntos para lograr un futuro que, o es para todos, o no será para nadie.

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