Los teóricos y formadores de opinión del sistema actual insisten en que no hay recursos para todos. A pesar de la pobreza que existe en todas las partes del mundo, se esfuerzan por tratar de demostrar que el “libre mercado” es la forma idónea de relación. Los humanistas creemos que ese “libre mercado” no es, en realidad, tan libre y que mucho más fuerte que esas supuestas leyes es la intención del ser humano cuando, con resolución, trata de superar las dificultades.

Es por esto que los humanistas defendemos el derecho de toda persona residente en nuestro país a contar con una renta que le permita cubrir sus necesidades básicas. No podemos hablar de un sistema que funciona cuando en España se sentencian diariamente 200 desahucios y el 20% de la población vive por debajo del umbral de la pobreza. Cifr
as similares se repiten en gran parte del continente. No es partiendo de las aparentes posibilidades actuales, sino de las prioridades reales, como podremos dar una dirección nueva ala Europade hoy. Como afirma Silo, “poniendo todo en función de la salud y la educación, los complejísimos problemas económicos y tecnológicos de la sociedad actual tendrán el enmarque correcto para su tratamiento. Nos parece que procediendo de modo inverso no se llegará a conformar una sociedad con posibilidades evolutivas” (Silo, Cartas a mis Amigos).

La propuesta dela Renta Básica no es nueva. El Partido Humanista la ha venido reivindicando en sus programas electorales a lo largo de todos estos años. Hoy parece que esta iniciativa vuelve a tomar fuerza y son numerosos los grupos que se vuelcan en su difusión. Por otra parte, este momento de grave crisis en el que la gente entiende que el problema no es simplemente económico es el idóneo para plantear una renovación profunda de nuestra sociedad y exigir que cualquier persona, por el simple hecho de haber nacido, cuente con sus necesidades básicas cubiertas. Sólo así podremos alejar los fantasmas de la pobreza, la precariedad y el chantaje. Como afirma el Documento Humanista, “los humanistas no necesitan abundar en argumentación cuando enfatizan que hoy el mundo está en condiciones tecnológicas suficientes para solucionar en corto tiempo los problemas de vastas regiones en lo que hace a pleno empleo, alimentación, salubridad, vivienda e instrucción. Si esta posibilidad no se realiza es, sencillamente, porque la especulación monstruosa del gran capital lo está impidiendo”. Así es. Reencauzando la economía hacia el canal productivo, generando un nuevo reparto del empleo y cubriendo aquellas necesidades que son esenciales es como podremos poner fin a muchos de los grandes males de hoy.

Los humanistas animamos a todos a denunciar y trabajar en los barrios, lugares de trabajo y demás ámbitos por una sociedad más justa y por la implantación dela Renta Básica.Es una propuesta que vale la pena. Como escribe Silo en Humanizar la Tierra, “los derechos humanos no pertenecen al pasado, están allí en el futuro succionando la intencionalidad, alimentando una lucha que se reaviva en cada nueva violación al destino del hombre. Por esto, todo reclamo que se haga a favor de ellos tiene sentido porque muestra a los poderes actuales que no son omnipotentes y que no tienen controlado el futuro”.

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