Es momento de ser valientes ante el patriarcado
A lo largo del último siglo, cada 8 de marzo se conmemora y recuerda la lucha que han dado las mujeres por el reconocimiento de sus derechos en todos los ámbitos de su vida. Aunque fue en 1975 cuando la Asamblea General de de Naciones Unidas institucionalizó el Día Internacional de la Mujer en esta fecha.
Esta conmemoración tiene su raíz en el movimiento obrero de mujeres de mediados del siglo XIX en el contexto mundial de la industrialización, época que se caracterizó por la explotación extrema de trabajadores, producto de la falta de legislación que las y los protegiera. Además, las mujeres no contaban con derecho a voto, ni a manejar sus finanzas y tenían una esperanza de vida menor que los hombres a causa de los partos y malos tratos. Fue en 1848 cuando se convocó a la “1ra Convención Nacional por los Derechos de las Mujeres” en Estados Unidos. Desde ese espacio se levantó la consigna de que tanto hombres como mujeres son iguales y exigieron derechos civiles, sociales y políticos para todas. Este fue uno de los hitos iniciales para que la demanda por el derecho a voto creciera en todos los rincones del mundo, permitiendo que en 1893 Nueva Zelanda se instalara como el primer país en reconocer el derecho de las mujeres a sufragar.
En 1908 se llevó a cabo la antesala al Día Internacional de la Mujer, en una marcha de más de 15.000 mujeres en Nueva York, quienes exigieron menos horas de trabajo, mejora salarial y el derecho a votar. Luego la alemana Clara Zetkin impulsó la conmemoración del Día Internacional de la Mujer en 1910 en la “Conferencia Internacional de la Mujer Trabajadora”, realizada en Copenhague, Dinamarca, que congregó a mujeres de 17 países. Esto provocó que centenares de mujeres se manifestaran en sus naciones, generando que un año después se conmemorara esta fecha por primera vez en Alemania, Austria, Dinamarca y Suiza.
El incendio en 1911 de la fábrica de Triangle Shirtwaist en Nueva York marcó un precedente para el movimiento: 123 mujeres murieron a causa de que habían sido encerradas para que no pudiesen escapar. Posteriormente, el 8 de marzo de 1913 en Rusia se reunieron para conmemorar por primera vez el Día Internacional de la Mujer, ocasión en que se manifestaron en contra de los conflictos bélicos. A consecuencia de estas protestas en los años siguientes mujeres europeas se reunieron en esta fecha, para manifestarse en contra de la guerra. En 1917, en Rusia, las mujeres volvieron a salir a la calle como reacción a los millones de soldados rusos muertos durante la Primera Guerra Mundial. Al cabo de varios días de manifestación, se terminó por forzar la salida del Zar Nicolás II, quien había criminalizado el movimiento de mujeres. Posteriormente, el gobierno provisional reconoció el derecho a voto de la mujer.
Como se ha mostrado, la organización de las mujeres es sumamente valiosa para los procesos históricos, no sólo en cuanto a los derechos particulares que se exigen, sino que también en su incidencia en la política mundial.
A lo largo del último siglo, podemos evidenciar que ha habido avances significativos para el movimiento feminista, obteniendo el derecho a voto, el reconocimiento de igualdad laboral y en algunos países se ha progresado en derechos sexuales y reproductivos, además de mayores garantías para vivir libres de violencia. Sin embargo, aún queda mucho por delante y los datos demuestran que la situación que trajo consigo el COVID-19 ha empeorado la condición en la que se encuentran miles de mujeres, ya sea porque se ha precarizado su situación económica o porque se ha acrecentado la violencia que sufren.
Este año la Organización de Naciones Unidas, anunció que el tema para el Día Internacional de la Mujer 2021, sea “Mujeres líderes: Por un futuro igualitario en el mundo del COVID-19”, reconociendo el imprescindible aporte de las mujeres que se encuentran en la primera línea en la crisis sanitaria, tales como las trabajadoras de la salud, cuidadoras, innovadoras y organizadoras comunitarias.
A pesar de que son las mujeres quienes constituyen la mayoría del personal de la primera línea de la salud, aún existe una desproporcionada falta de representación de mujeres en las instancias de políticas nacionales y mundiales relacionadas tanto con el COVID-19 como en el resto de espacios de toma de decisiones. Por lo tanto, para resguardar y exigir los derechos de las mujeres, es necesario integrar las perspectivas de mujeres y niñas en la formulación e instauración de políticas públicas, en todos los ámbitos y etapas de la respuesta ante la crisis y en la recuperación de los estragos que dejará la pandemia.
La erradicación del machismo es una responsabilidad de todes quienes integramos la sociedad, por ello como Partido Humanista Internacional nos hemos comprometido para seguir persistentemente denunciando y luchando en contra de la violencia patriarcal.
El Partido Humanista quiere agradecer el aporte que han hecho y hacen las mujeres a favor del avance social y conjunto, advirtiendo en muchas ocasiones, la importancia de cuidar lo común. Ojala este impulso contribuya a canalizar y concretar aspiraciones para el avance y el progreso de todas y todos y también sirva para facilitar una verdadera comunicación que discuta de fondo las cosas que nos importan.
Desde la óptica del sistema en el que hoy vivimos, jamás encontraremos una solución. Este sistema necesita usar la violencia, la desigualdad y la discriminación fundamentalmente hacia mujeres, jóvenes e inmigrantes para perpetuarse. El sistema, además, llama a la fractura y al individualismo atroz en las poblaciones porque el caldo de cultivo del “sálvese quien pueda” es óptimo para la extensión de la crueldad y la barbarie.
Este momento exige un cambio de actitud y de estilo de vida en la sociedad, en la cultura, en la educación y en las relaciones interpersonales, para converger en la diversidad y construir una sociedad que ubique al ser humano como el valor central y que propicie la igualdad de derechos y de oportunidades.