El colectivo Humanistas por la Renta Básica Universal, formado por miembros de diferentes organismos del Movimiento Humanista y el Mensaje de Silo, entre los que se encuentran también varios militantes del Partido Humanista convocan a un taller sobre la renta básica universal incondicional (RBUI) los días 8 y 9 de Abril en Parque Toledo.

En este taller, los organizadores tratarán de formar la red europea de Humanistas por la RBUI.

La RBUI ha sido y es frecuentemente confundida -muchas veces, intencionadamente- con las rentas mínimas y otros subsidios condicionados que otorga el estado a los desempleados y personas con muy bajos ingresos. Esta confusión proviene no sólo de la derecha neoliberal, sino también de la izquierda tradicional, que ve a la RBUI como el fin de la lucha de clases, de la clase trabajadora y del trabajo como factor central de lucha y de sentido de la vida.  

     

 

En todos los estudios y experimentos llevados a cabo (por ejemplo, en lugares tan distantes como Canadá o Namibia), la RBUI ha incidido sobre los índices de enfermedad mental y de delincuencia, disminuyéndolos notablemente

La RBUI es un ingreso pagado por el Estado a cada miembro de pleno derecho de la sociedad, o residente, incluso si no quisiera trabajar de forma renumerada, independientemente de sus otras fuentes de rentas o de si es rico o pobre, y sin importar con quién conviva. La RBUI debe ser compatible y complementaria, y no sustitutiva, de otras prestaciones universales e incondicionales, como la sanidad y la educación públicas. Es decir, su implantación no debe suponer merma alguna de los servicios públicos ni de los derechos sociales (educación, sanidad, dependencia, vivienda, etc.) fundamentales de un Estado Social que pueda considerarse como tal. Hoy en día es posible garantizar una RBUI a toda la población, financiándola de varias posibles maneras: con una subida de la imposición fiscal, que lograría que el 20% más rico de la población pagara esta asignación; o gravando las acciones en las ofertas públicas de venta de acciones; o aumentando los impuestos indirectos a quienes más consumen; o exigiendo impuestos a las transacciones financieras (tasa Tobin) y a las emisiones contaminantes; o luchando contra el fraude fiscal y los paraísos fiscales; o a través de una mezcla de todas ellas.

La RBUI es un ingreso pagado por el Estado a cada miembro de pleno derecho de la sociedad, o residente, incluso si no quisiera trabajar de forma remunerada, independientemente de sus otras fuentes de rentas o de si es rico o pobre, y sin importar con quién conviva       

Por otro lado, la RBUI nos permite cuestionar varias creencias fuertemente arraigadas en el sistema: la primera ya la hemos mencionado, y es la de que el trabajo (más bien, empleo) dignifica a los seres humanos; la segunda, que proviene de la Biblia, y nos condena a ganar el pan con el sudor de nuestra frente; la tercera, que afirma que el sentido de la vida de las personas es el trabajo; la cuarta es la equiparación de empleo a supervivencia; y la quinta, la de que la riqueza actual pertenece sólo a sus propietarios “legales”, las grandes compañías multinacionales y lobbies financieros mundiales.

Sin lugar a dudas, la RBUI favorecería la realización de trabajos vocacionales, voluntarios y artísticos, permitiría la formación profesional, el cuidado de los niños, mayores y discapacitados y dotaría a las mujeres víctimas de violencia de género de independencia económica para alejarse de su agresor. Además, no desanimaría a la gente de buscar un empleo, porque la RBUI no se perdería en caso de encontrarlo, cosa que sí ocurre con los subsidios condicionados, que se pierden en el momento en que se logra un empleo. En todos los estudios y experimentos llevados a cabo (por ejemplo, en lugares tan distantes como Canadá o Namibia), la RBUI ha incidido sobre los índices de enfermedad mental y de delincuencia, disminuyéndolos notablemente.

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